cromosoma Y flotando sobre un mapa oceanico antiguo
Picture of Genproba
Genproba

A Través del Océano: La Travesía del Cromosoma “Y”

Por Prof. Liliana Navarro Ibarra | Gen.Pro.BA 2025

Introducción: Cuando el ADN cuenta historias

¿Puede una muestra de ADN revelar una historia familiar que abarca continentes y milenios? La genealogía genética, una disciplina aún joven pero cada vez más poderosa, ofrece herramientas que complementan y amplifican la investigación documental. La historiadora Liliana Navarro Ibarra compartió en la conferencia Gen.Pro.BA 2025 un caso que ejemplifica este potencial: el estudio del linaje patrilineal de su padre, Julio Mario Navarro.

Un estudio, tres pruebas

En 2022, Navarro se sometió a tres pruebas genéticas a través de Family Tree DNA. Cada una de ellas aportó piezas clave para reconstruir su árbol genealógico:

  • ADN autosómico: 63% de origen ibérico y 35% amerindio, con presencia andina y caribeña.
  • ADN mitocondrial: Haplogrupo C1B (actualizado a C143), característico de poblaciones amerindias.
  • Cromosoma Y (Big Y): Haplogrupo E-FTC1188, una pista inesperada que llevaría la investigación en una nueva dirección.

Una genealogía de largo aliento

Paralelamente a los análisis genéticos, Navarro Ibarra realizó una investigación documental exhaustiva que rastreó 12 generaciones de la familia Navarro en América, remontándose a principios del siglo XVIII en San Juan de Cuyo, Argentina.

Un punto de inflexión fue la identificación de Gregorio Navarro, un antepasado asentado en la región y documentado también en el puerto de Buenos Aires. Un documento de 1658 menciona a su viuda como María Coutiño, esposa de “Gregorio Navarro Okendo de Orquiola”, un nombre que revela raíces en el País Vasco.

El giro inesperado: una herencia norteafricana

Lo más sorprendente del estudio fue el resultado del cromosoma Y: el haplogrupo E-FTC1188. Esta línea genética se originó hace aproximadamente 23.000 años, y su subrama específica hacia el año 800 d.C., con fuerte presencia histórica en el norte de África.

Navarro Ibarra comparó el perfil genético con muestras arqueológicas antiguas, hallando coincidencias significativas:

  • Setif, Argelia (Necrópole 697): Restos de un hombre númida o bereber del período romano.
  • Islas Canarias (Guanche 11 y Cascajo 42): Individuos de la población aborigen guanche, genéticamente relacionados con pueblos bereberes.

Estos hallazgos sugieren una posible ruta migratoria que va del norte de África a las Islas Canarias, luego al País Vasco y, finalmente, a América.

Más allá de lo anecdótico: herramientas para todos

Durante su conferencia, Navarro Ibarra también compartió consejos prácticos para quienes desean comenzar su propia investigación:

  • Las pruebas autosómicas son accesibles y útiles para un panorama general.
  • El análisis del cromosoma Y (como el Big Y) es más costoso, pero clave para reconstruir linajes patrilineales.
  • Es posible escalar el estudio comenzando con un test básico y luego ampliar desde la misma muestra.
  • Incluir a otros miembros de la familia en el estudio refuerza los resultados.

Conclusión: la genealogía del futuro es interdisciplinaria

El caso presentado por Liliana Navarro Ibarra demuestra cómo la genética puede actuar como una “piedra roseta” moderna: revelando patrones y conexiones invisibles en los archivos. El ADN no reemplaza a la investigación histórica, pero sí la potencia.

En última instancia, este enfoque mixto —donde convergen la historia, la genética, la antropología y la tecnología— no solo permite entender mejor nuestros orígenes, sino que nos conecta con una humanidad más amplia y profunda.

Puntos principales abordados en el video:

  1. Reflexión sobre el uso de test genéticos comerciales más allá de la salud o la etnicidad.
  2. Análisis de los resultados del kit de Family Tree DNA del padre de la autora.
  3. Estudio de ADN autosómico, mitocondrial y del cromosoma Y (Big Y).
  4. Reconstrucción genealógica documental hasta el siglo XVII en San Juan y Buenos Aires.
  5. Investigación del geniarca Gregorio Navarro, presente en registros desde 1602.
  6. Conexión entre datos genéticos y arqueológicos para ubicar la línea paterna en el tiempo y el espacio.
  7. Asociación del haplogrupo E-FTC1188 con poblaciones mediterráneas y norteafricanas.
  8. Relevancia de registros históricos, censos y fuentes notariales para el cruce con la genética.
  9. Limitaciones y potencial del análisis a partir de una sola muestra genética.
  10. Llamado a continuar las investigaciones familiares con más pruebas genéticas y documentales.

Compartilo en tus redes favoritas